Creo que la pintura me impulsó a ser libre.
Yo pienso que cuando Dios te pide con una mano te ofrece algo con la otra. Hace casi 10 años me tocó vivir un tiempo muy difícil. Ahí empecé a pintar, que era algo que por supuesto, llevaba adentro.
Pinté. Pinté. Pinté... Y así, de a poco, viendo, leyendo y conociendo gente que ama lo mismo , fui creciendo hasta hacer de la pintura mi medio de vida.
Empecé con miedo. Pinté paisajes y flores, marinas, y cosas que me encargaban. Fui cambiando, probando.
Hoy pinto caras porque detrás de cada una de ellas , como detrás de nosotros, hay una historia: quien es, que piensa, que siente...
Amo a mis seis hijos, la pintura, los amigos que me dió (que son únicos), la oportunidad que me brinda de conocer gente nueva y sobre todo, la que me da de encontrarme cada día a mí misma.
AMO LA VIDA.